DespuĆ©s de No Me Gusta y Lady Madonna, Ruggero continĆŗa su viaje sonoro con Polanco, una canción que profundiza la identidad de esta nueva etapa artĆstica: mĆ”s global, mĆ”s personal, mĆ”s libre.
Compuesta junto a Facundo GarcĆa y Nico Valdi (ambos del exitoso dĆŗo Migrantes), y producida por Valdi, Polanco lleva el nombre de una emblemĆ”tica zona de Ciudad de MĆ©xico. Pero mĆ”s que un lugar, es un recuerdo: lo que queda cuando el amor ya no estĆ”.
"Polanco no soy yo, es ella. Yo solo la veo bailar", dice Ruggero. En la canción, el artista describe lo que observa desde la pista: una mujer que ahoga sus penas en un antro, que baila para olvidar, que dejó atrÔs una historia marcada por sueños rotos y ahora busca reencontrarse consigo misma. Se fue hasta Santorini para escapar, pero es la música la que realmente la salva. La que le cambia el mood. La que le da poder.
El videoclip, dirigido por Indiana Kohen Lumer quien ya estuvo detrĆ”s de Lady Madonna y No Me Gusta acompaƱa esta idea con un formato mĆ”s cercano al concept video o visualizer. Vemos a Ruggero en el auto con sus amigos, compartiendo ese ritual que todos conocemos: subir el volumen antes de salir, dejar atrĆ”s el dĆa, y dejarse llevar por una canción que te prende fuego el alma. Polanco es esa canción. Un track para escucharlo antes de salir, con los vidrios bajos y la emoción a flor de piel.
Este lanzamiento llega tras un aƱo consagratorio para Ruggero tambiĆ©n en su faceta actoral. Su protagónico en Cien AƱos de Soledad, la ambiciosa adaptación de la obra de Gabriel GarcĆa MĆ”rquez para Netflix, lo posicionó como una de las figuras mĆ”s destacadas del audiovisual latinoamericano, con mĆŗltiples nominaciones a nivel mundial en premios como los Platino, Peabody, India Catalina y los Aura Awards de MĆ©xico, donde la serie se alzó con importantes galardones.
Con Polanco, Ruggero reafirma su evolución como artista integral: un pop contemporĆ”neo con alma latina, cinematografĆa emocional y una narrativa que conecta con experiencias universales. Porque todos, alguna vez, dejamos algo atrĆ”s en una ciudad para encontrarnos bailando en otra.