Lucas Bondia. Ese es su verdadero apellido, el que rubrica desde hace 29 años su partida de nacimiento. En Barcelona, donde actualmente vuelve a residir. Creció al sur de la Costa Brava, en Blanes. Su precoz dedicación al piano se vio interrumpida por otra súbita pasión. Fue jinete profesional adolescente; llegó a instalarse como tal en Alemania, para colgar a las riendas a los 18 años y retomar su vocación musical. Estudió en L’Aula y en Berklee (Boston), donde poco antes de su graduación empezaría a gestarse el proyecto Lucas Bun.
¿Álbum debut o recopilatorio? Ambas cosas al mismo tiempo. Temas nuevos y todos esos singles que desde el verano del 2020 ha ido publicando. Algo así como un ‘Todo Lucas Bun’. Con variopintos productores y colaboradores. Y principio y final de trazo conceptual: abre con ‘Por empezar’ y cierra con ‘El tiempo me esperará’. Dos canciones escritas junto a Luis Troquel como dos caras de una misma moneda.
Distintos productores. Tanto esta primera como esta última canción han sido producidas por el pujante Pau Aymí. Y grabadas igualmente en su estudio de Castelldefels: ‘Temblor’, ‘La maliciosa’ y ‘El gran horizonte’. El también catalán (aunque instalado en Jamaica) Hazzle Beatz ha producido ‘Cicatrices’, ‘Sollozando’ y ‘Quién lo diría’. Los hispanovenezolanos Phran&Ylia se han encargado de ‘Tonada del impostor’ y capítulo aparte merece la presencia de un colombiano universal…
Como ‘Caída del cielo’. O propulsado hacia él. Desde Miami. Bajo la producción nada más y nada menos que de Julio Reyes Copello, Productor del Año en los últimos Grammy Latinos. ‘Caída del cielo’ fue la primera tecla pulsada, y la primera canción publicada. También se haría cargo de ‘Hermanita’ y del single aparecido como último anticipo de este álbum, la estelar ‘Si te pierdes conmigo’.
¿Ha nacido una estrella? - Hay artistas que nacen con un brillo especial. Y Lucas Bun posee ese algo: en su voz, en sus gestos, en su presencia sobre el escenario… Estrella. O simplemente, cuerpo celeste.... Como esa luna a la que se inició cantando en ‘Caída del cielo’. O como en la portada de ‘Por empezar’. Con una foto que parece evocar la transición a una nueva fase lunar. La blanca luminosidad da todavía mayor relevancia a ese rincón en la sombra. Como el repertorio de este primer álbum, con canciones por descubrir y otras que han visto ya la luz. Como una metáfora tal vez de los claroscuros y contrastes latentes siempre en su resplandeciente voz.
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